Noticias Tehuacan

La Casa de los Altos y cómo convirtió en el Palacio Municipal

Ela Martínez

Tehuacán. – En el año 1795 Tehuacán atravesaba por un excelente período de economía, de tal modo que las construcciones elegantes empezaron a surgir en el corazón de la ciudad, por un lado el convento  de San Francisco y por el otro los portales que en ese tiempo eran sede del ayuntamiento y escuela pública, la plaza no tenía edificios en la calle que hoy conocemos como Ignacio López Rayón, pero antes de terminar el período de La Colonia, los caciques y la clase acaudalada de Tehuacán, tuvieron interés en construir casas o negocios entre San Francisco y los portales, para el año 1798 apareció el propietario de los predios de la calle Rayón, don José Domingo Rodríguez de Apresa, con documentos oficiales proclamó su interés por construir una casa en el corazón de Tehuacán.

Los franciscanos al enterarse de la intención de Apresa se opusieron rotundamente al proyecto,  ya que una obra de esta naturaleza rompería la estética del corazón del centro, desde la fundación del nuevo Tehuacán la iglesia de San Francisco había centralizado las actividades sociales, religiosas y culturales, por tal motivo los franciscanos defenderían de cualquier daño, argumentando que los títulos de propiedad que presentaba Rodríguez Apresa eran falsos, ya que los dueños eran los franciscanos y que si los terrenos tenían un uso público era porque ellos lo permitían.

La controversia fue tanta que llegó a los tribunales de México  donde no se esclareció la manera en que Rodríguez Apresa se había hecho propietario, se dice que él ganó el juicio a base de sobornos e inició la construcción de la casa  aun frente a las peticiones y amenazas de varios pobladores que defendían  a los franciscanos. La construcción inició formalmente el 2 de septiembre de 1798 y finalizó en 1804, siendo conocida como la casa de los altos ya que era el primer inmueble de dos pisos en la ciudad, como testimonio del poder político y económico de Rodríguez Apresa, para la inauguración invitó a importantes familias de Puebla, Antequera y Orizaba.

Años después en una insólita investigación realizada en 1833 se detectaría que Rodríguez Apresa había comprado la propiedad con el dinero de diezmos que había cobrado por su cuenta, en 1839 se le incautó el inmueble y paso a manos de autoridades eclesiásticas que cedieron el edificio a los franciscanos; estos la destinaron al desuso, fue en el año 1844 en el ayuntamiento de Joaquín María del Moral cuando el edificio se compró al clero por 5 mil pesos, si  embargo en ese tiempo el gobierno local tenía recursos muy limitados, que a veces no alcanzabam para pagarle al maestro de la escuela, por eso el inmueble entró en un período de deterioro.

El ayuntamiento siempre estaba en crisis pero tenía el proyecto de trasladar la sede del gobierno municipal de los portales hacia la casa de los altos, el proyecto no se podía concluir por falta de fondos, la oportunidad de llevar acabo el objetivo llegó a través de las obligaciones de la Ley Lerdo que permitían vender ciertas propiedades públicas, así que el 26 de noviembre de 1856 y el 9 de marzo de 1857 se remataron a diferentes compradores los edificios de los portales que eran la sede del ayuntamiento y la escuela. La venta de los inmuebles, aunque fue por un monto inferior al valor real, inyectó recursos con los cuales se realizaron las tareas de restauración de la abandonada Casa de los Altos, que al paso del tiempo perdería este nombre y sería reconocida como Palacio Municipal.

La restauración se hizo taN  rápido que en medio año el edificio se encontraba en condiciones de ser utilizada, siendo el 15 de septiembre de 1857 la inauguración formal de la nueva sede del ayuntamiento, que desde entonces hasta la actualidad ha albergado al Gobierno Municipal.

Edificio de inspiración morisca en cuya entrada precede un portal con plafón de bovedilla y arcos trilobulados, cubierto al interior en su totalidad por un mural en el que se encuentra plasmada la evolución de Tehuacán y de sus cinco regiones desde la época prehispánica hasta nuestros días, realizado por Luís, Rutilio y Santiago Carpinteyro llevando por nombre “Tehuacán y sus cinco regiones”.

Al interior en la escalinata se encuentra un mural denominado “Un mundo nuevo” realizado por el maestro Fernando Ramírez Osorio donde plasmó a los personajes más importantes de la historia de Tehuacán.

La actual fachada no tiene semejanza con la original, al menos en sus acabados ya que sus primeras paredes eran de piedra y adobe, cabe mencionar que el reloj de la fachada del Palacio municipal fue obsequiado por el presidente de la república, Porfirio Diaz.