Redacción
El expresidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, reconocido líder de la izquierda latinoamericana, falleció este martes en Montevideo a los 89 años, tras una larga lucha contra el cáncer de esófago, que luego se extendió al hígado.
En su cuenta de X, el actual presidente uruguayo, Yamandú Orsi, dio a conocer la noticia:
“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho, Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”.
José Mujica fue un hombre que dejó una fuerte huella en la política latinoamericana, convirtiéndose en un referente de la lucha por la justicia social y la paz en la región.
En enero, Mujica anunció públicamente que no deseaba continuar con el tratamiento contra el cáncer:
“El guerrero tiene el derecho a su descanso”, declaró en una entrevista donde reconoció que su ciclo “se había terminado hace rato”.
El exmandatario dejó huella no solo como jefe de Estado, sino también por su trayectoria personal y política, marcada por la lucha social, la sencillez y la congruencia.
Un legado que trasciende fronteras:
Vida austera y coherente: durante su presidencia (2010–2015), rechazó los lujos del poder y vivió en su modesta granja en Rincón del Cerro, lo que le valió el apodo de “el presidente más humilde del mundo”.
Salario donado: destinó el 90 % de su sueldo presidencial a organizaciones sociales y benéficas, reafirmando su compromiso con los sectores más vulnerables.
Pasión por el campo: nunca abandonó su vida rural; cultivaba flores y criaba animales, incluso mientras ocupaba la presidencia.
Historia de lucha: fue miembro del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una guerrilla urbana que resistió la dictadura uruguaya. Pasó más de una década preso, parte de ella en condiciones extremas.
Amor y militancia: compartió su vida con Lucía Topolansky, exsenadora y compañera inseparable desde sus años de militancia.
Impulsor de reformas históricas: lideró la legalización del cannabis en Uruguay, convirtiendo al país en pionero en políticas de drogas con enfoque social y sanitario.
Crítico del modelo consumista: en múltiples foros internacionales, defendió la simplicidad como estilo de vida y cuestionó el consumismo y el modelo económico global.
Inspiración para nuevas generaciones: su estilo honesto y su coherencia política lo convirtieron en un referente moral más allá de las ideologías.
Reconocimiento internacional: en 2013, The Economist nombró a Uruguay como “país del año”, en gran parte por las políticas progresistas impulsadas bajo su mandato.
Premios y homenajes globales: fue reconocido en diversas partes del mundo por su defensa de los derechos humanos, la democracia y la paz
Descanse en paz, Pepe Mujica
