Por Tirzo Estevez Suazo
Tehuacán.- Hoy se cumplen 30 años de aquel terrible accidente que enlutó a todo elmestsdo de Puebla, por la magnitud del acontecimiento que aún se recuerda con nostalgia, terror, incredulidad y grandes deseos de que nunca más vuelva a suceder.
Eran las 12:45 horas aproximadamente de aquel 19 de noviembre cuando me encontraba en el cuarto obscuro revelando e imprimiendo las fotos del desfile de los niños de diferentes jardines de niños con motivo del 20 de noviembre.
Ya estaba terminando cuando nuestra compañera de recepción de El Mundo de Tehuacán, Celorea Gil subió apresuradamente a tocar la puerta para avisarme que otro compañero repartidos del diario, Lorenzo Santiago avisaba que el tren se había volteado en la zona de la primaria Liberación de San Nicolás Tetitzintla.
Inmediatamente deje de hacer el trabajo que estaba realizando, tomé rollos, camara, libreta y lapicero, pedí para un taxi y rápidamente me traslade al lugar señalado y en realidad era dantesco el escenario.
No se veía nada por el polvo levantado por el cemento que algunos de los furgones trasladaba.
Mi labor fue comenzar a tomar fotos, había muy poca gente sin saber que hacer. Llantos por todos lados, cadáveres destrozados, un furgón sobre uno de los camiones de pasaje de Santiago Miahuatlån de los llamados “buques” estaba completamente aplastado y la sangre escurría combinándose con el cemento.
Comenzaron a llegar los cuerpos de auxilio, pero difícilmente se podían encontrar sobrevivientes, el zorro, maíz y cemento ocultaban los cuerpos.
Lo que hacía la gente era rescatar cadáveres y depositarlos en lo que eran las oficinas del comisariado ejidal, Huy una escuela preparatoria.
El taller mecánico y una casita de comida china, desaparecieron y en el taller había cadáveres y algunos heridos; unos furgones se metieron al taller de onix de los señores Sierra, tambien ahí se encontraron cadáveres aplastados y algunos heridos.
Se hablaba de 38 muertos y unos 25 heridos, pero la verdad en lo personal yo ví más, solo que algunos estaban completamente destrozados, como el que fue arrollado con su bicicleta frente a.la UNID fue dejando partes de su cuerpo a lo largo de unos 100 metros.
Un grupo de estudiantes del Tecnológico, llegaron y formaron cadenas humanas para ir despejando la zona, buscando heridos y cadáveres.
Me subí a lo alto de un furgón para hacer algunas tomas panorámicas y escuché unos quejidos; era una persona que estaba en la parte de abajo sobre la barda de la casa de.los señores Hagembeck, salte sin pensar en los riesgos y el sorgo me llegó hasta el cuello; un agente de tránsito me ayudó a salir y rápidamente fui al lugar y despeje su rostro para que pudiera respirar.
Los cuerpos de auxilio lo rescataron y la verdad no sé si sobrevivió.
Todo era dantesco, un fuerte olor a sangre se percibía; los Machorro no se daban a basto acarreando ataúdes y así estuvimos muchas horas, en parte trabajando y en parte ayudando; elementos del ejército mexicano acordonaron la zona y comenzó a llegar maquinaria pesada para remover escombros.
Finalmente dieron la cifra oficial 38 muertos y 22 heridos; aunque definitivamente siento que fueron más y lo que si es también oficial es que esa tragedia ferroviaria ha Sido la peor en la historia de Tehuacán.
