Ela Martínez
Tehuacán. – Para finales del siglo XIX Tehuacán se iluminaba con farolitos de petróleo (que iban encendiendo de uno por uno) sistema ideado por Enrique Mont, habiendo alrededor de 900 de ellos.
En el año 1900 Tehuacán vio nacer el Primer sistema formal de alumbrado público, sustituyendo los tradicionales faroles de petróleo por lámparas de gas, esto le añadía un toque romántico que era gran atractivo para los turistas que visitaban el parque Juárez y los portales, por esos años Tehuacán era un destino turístico de cierta importancia y los empresarios locales conscientes de esta situación, realizaban importantes esfuerzos para generar infraestructura suficiente para ofrecer servicios atractivos a los turistas.
El Alumbrado era un tema común para los habitantes; con cierta frecuencia se mencionaba que era indispensable contar con un buen sistema de iluminación para los visitantes de los restaurantes y por supuesto del Casino, resultando insuficientes los farolitos de gas que brindaban un ambiente muy romántico, pero el espíritu innovador puso la mirada de los emprendedores en una meta más ambiciosa, por ese tiempo en todo el país se vivía el boom de la electricidad, de tal modo que si los Tehuacanenses querían tener una ciudad a la altura necesitaban traer la energía eléctrica y así sucedió.
El 10 de julio de 1903 se firmaron los acuerdos entre el Ayuntamiento y la Empresa Sánchez de la Fuente y Compañía, de capital español, estos fueron los encargados de electrificar a Tehuacán destacando la mano de Inocencio Sánchez, administrador general del sistema de alumbrado.
A diferencia de otras ciudades, la electricidad de Tehuacán no se obtendría a través de combustibles fósiles (carbón) sino de la novedosa y recién nacida energía hidráulica, generada desde otra maravilla de la tecnología, la presa de Necaxa, Puebla, que por ese tiempo era considerada como la más grande del mundo.
El 19 de abril de 1904 Sánchez y Compañía inauguró el sistema de alumbrado eléctrico de Tehuacán, contando con 150 lámparas que para el año siguiente ya eran 200 todas repartidas entre los Portales, el Parque Juárez y las calles aledañas, se dice que era la gran novedad y que muchos vecinos de las comunidades cercanas venían a Tehuacán sólo para ver lo que para muchos era un milagro, una ciudad bien iluminada por las noches, esto gracias a los avances de la tecnología, haciendo las veladas más largas, seguras y confortables.
Tehuacán de antaño tuvo todos los beneficios de la modernidad contando con telégrafo, servicio telefónico, electricidad, vías ferreas y todo lo necesario que, dos décadas mas tarde, le consolidó como uno de los destinos turísticos más importantes de Latinoamerica.
El primer alumbrado es parte de la bella historia de Tehuacán.