“Mujeres de Alma y Corazón de Barro”

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Ela Martínez

La Región. – Los Reyes Metzontla, perteneciente al municipio de Zapotitlán Salinas, mantienen una de las actividades más tradicionales de esta zona, la elaboración de artesanías de barro bruñido, este oficio se ha transmitido de generación en generación y tiene siglos que se desarrolla, esto fue lo que nos platicó Sonia Barragán Bautista, Integrante de Asociación Civil de Artesanas y Artesanos Alfareros Popolocas de los Reyes Metzontla.

El primer paso es, ir al cerro a buscar el barro. Se necesita un amplio conocimiento de los diferentes tipos de tierra, ya que de eso dependerá la calidad de la pieza e incluso su color, El segundo paso es poner a secar el barro durante dos o tres días, Detalló que la preparación de los materiales tiene una duración de tres meses, periodo en el que se deja reposar la pasta hecha de barro, para después revolverla con el talco para que se puedan elaborar las piezas grandes como cazuelas y comales, y otra mezcla más fina es para las artesanías.

 

El proceso de cada una de las piezas tiene una duración de aproximadamente 8 días, las cuales se elaboran con materiales que se encuentran en esta zona, estos corresponden al talco, el barro, la pintura y la leña, manteniendo la técnica ancestral para la elaboración de estas piezas, que son hechas con las manos de las artesanas, la impecable destreza para levantar las piezas con solo el modelado de las manos, dan la consistencia y plasticidad necesaria al barro, obras perfectas en su equilibrio, armonía y redondez de formas, sorprende que logran una simetría perfecta sin usar el torno.

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El barro de Los Reyes Metzontla es reconocido por su belleza, forma y sencillez, la particularidad de este barro es el brillo de las piezas, que es obtenido de forma natural tras pulir con una piedra de cuarzo, aun estando crudo el barro; el tiempo del pulido es de una a dos horas por pieza, dependiendo del tamaño, hasta lograr ese brillo característico, a ésta técnica se le conoce como bruñido y es una de las más antiguas.

 

Sonia Barragán Bautista Comentó que esta actividad es poco valorada económicamente, el precio que se paga por cada pieza no siempre corresponde a las horas de trabajo que se invierten a cada una de ellas, los artesanos lo saben y por eso cada vez se esfuerzan más por mejorar los acabados para que sus productos sean mejor valorados en los mercados donde las comercializan.

Uno de los problemas a los que se enfrentan  en los mercados es el regateo, los consumidores difícilmente aceptan pagar el precio que ellos fijan en base al tamaño, tiempo y complejidad de las piezas, La población adulta es quien compra los artículos de barro, se ha observado que una persona joven regularmente no le atraen ese tipo de objetos, lo cual tiene que ver con el desconocimiento del patrimonio cultural que difícilmente es conocido y en consecuencia no participan en su rescate ni difusión.

 

El hecho de que haya personas que no valoren la artesanía que hacen, no ha sido motivo de desaliento para ellos, al contrario, se sienten orgullosos de ser parte de esa riqueza cultural que hay en el país, por tanto no abandonan esta actividad que desafortunadamente no contribuye en lo suficiente para mejorar sus condiciones de vida porque en ocasiones se conforman con percibir la cantidad que el consumidor les marca, no la que ellos fijan y eso a ellos les lastima porque su misma gente no le da valor a su trabajo.

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Frente a las adversidades a las que se enfrentan, los artesanos de Metzontla han buscado hacer conciencia en las personas de lo que implica hacer una pieza de barro, es por ello que dentro de las exposiciones donde participan, muestran cada una de las etapas que se realizan hasta llegar al producto terminado, pero no sólo se debe apoyar con la exhibición, es necesario que las personas que compran un producto en cualquier sitio de comercio pague lo que el productor pida y no se regatee, porque con esta acción se daña la economía de cientos de familias.

 

La gente que regatea, por lo general, sabe que el artesano tiene la necesidad de tener un ingreso y se aprovechan de eso para gastar menos pero no piensan en que cada pieza tiene un valor agregado por ser única, gran diferencia con los productos hechos en serie; una artesanía tiene “su alma, corazón y parte de su vida”, lo que valdría la pena considerar al comprar un producto de ese tipo, antes de marcarles cuánto están dispuestos a pagar.

 

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