Narra Juan Patjane la gran hazaña mundial, en el Tor des Geants 330

Deportes Tehuacán Tehuacan

*330 kilómetros en seis días de carrera

*Muchos se atreven pero pocos llegan a la meta

*Su nombre ya está escrito en la historia de esta carrera

Por Tirzo Estevez Suazo

Después de tremenda hazaña, que muy pocos en el mundo se atreven a realizar, el súper atleta tehuacanero Juan Patjane nos narra parte de lo que vivió en la gran travesía del Tor des Geants 330 (Puerta de los Gigantes); una salvaje carrera de seis días por las montañas de Italia y esto es lo que nos comparte.

“Es difícil narrar lo que pasó en seis días de carrera, pues si con un solo día se avienta uno un novelón pero bueno fue una gran experiencia que aquí les comparto”.

De la ruta me habían dicho muchas cosas pero nunca pude dimensionarla en su totalidad hasta que estuve ahí; con salida y meta en Courmayeur Italia, un bonito pueblo rodeado de montañas a los pies del Mont Blanc (Monte Blanco)”.

Desde que llegamos a Courmayeur todo era sobre Tor, se respiraba la carrera en todas sus calles y en la gente, platicando con los que ya habían hecho la carrera (sobre todo con Noe); dos sentimientos me invadieron desde el inicio: “Esto será una verdadera masacre” y “Ya quiero que comience esa masacre”. Más que los nervios era la emoción de ya estar en ruta y pues bueno después de un par de días tranquilos de descansar, comer, recoger números etc. nos arrancamos el domingo 11 de septiembre a las 10 de la mañana; en punto abrazo con el Javi y fuga a lo desconocido que Dios nos agarre confesados.

En realidad cada día de la carrera fue distinto pero el más distinto de todos es el primero, senderos llenos de corredores, adrenalina a tope, concentración máxima, cuerpo descansado y pila llena en general, las sensaciones son buenas y uno va avanzando rápido y con ganas; básicamente la carrera además de los abastos normales tiene unas que se llaman bases vida que están localizadas cada 50km una de la otra, son abastos principales muy grandes donde se come muy bien, hay regaderas, sitio para descanso y nos dan nuestra maleta amarilla donde tenemos el dropbag de cosas que pusimos como cambios de ropa, tenis, etc. todo lo que vamos a poder cambiar cada que lleguemos a estos puntos.

Mentalmente me empieza a funcionar dividir la carrera en estos segmentos de base vida a base vida, no pienso más allá de los próximos 50 o 100 kilómetros.

Desde el inicio la ruta deja sentir su personalidad con subidas muy largas y nada fáciles, cuando corono la primer montaña y comienzo a bajar me siento libre, siento un peso menos, solo es hacer esto varias veces me digo y así acabando de bajar otra vez para arriba a la siguiente montaña.

Para las primeras 12 horas y después de montañas más duras que la primera ya llegué a la primer base vida, ceno muy bien mientras platico con Vero de Chile nos decimos que vamos bien y que en otras 12 horas estaremos en la siguiente.

Decido no descansar y fuga, quería comerme la carrera sin parar, paso la primera noche muy bien, disfrutando la oscuridad y la tranquilidad de la vista a la luz de la frontal. Ya para el amanecer empiezo a sentir los estragos del primer día, una sensación de cansancio muscular que me indican que esto no será un paseo por el parque; ese día también tocan montañas larguísimas que pasan horas y horas y horas y sigue subiendo y no terminan, empieza uno a hacer cuentas de cómo pueden pasar tantas horas en tan solo 4 o 5km y la carrera se empieza a visualizar mucho más larga, esos 330km sabrán a 600 pues así se fue pasando el día con pocos kilómetros y muuuucho desnivel.

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Al llegar a la siguiente base vida (km 100) muy cansado en todos los sentidos escucho algo que me retumbó, “ya pasaron los 100 fáciles” del 100 al 200 va lo duro no puede ser pienso, y es donde decido hacer cambios en todo y a partir de ahí hago otra carrera; descansaré más, comeré mejor y bajaré muy despacio al menos en lo que siento las piernas más recuperadas pues al bajar sentía muy inflamados ciertos músculos y no quería arriesgarme a una lesión, tendinitis o cualquier molestia física.


De ahí empieza otra etapa y ya los días me empiezan a parecer más iguales, las actividades eran las mismas, avanzar, avanzar, avanzar, de subida, de bajada, de día , de noche y llegar a la siguiente base vida y ahí resetear el chip.
Tercer y cuarto día son mejores que el segundo que fue malo, empiezo a encontrar un balance entre comer bien, dormir 30 o 40 min o hasta una hora, estar cansado y seguir. La verdad así de memoria no alcanzo a recordar ya que día hice que montaña solo se trataba de avanzar y vencer el sueño que partir del cuarto día era más agresivo y no se quitaba ya tan fácil, la deuda de horas de sueño ya era grande, en esta parte de la carrera ya era muy común ver gente tirada a un lado del camino como si fueran muertos; y uno mismo tirarse a cerrar los ojos cinco minutos, también ya en esta etapa se cruzaba uno con mucha gente conocida con la que se hacía amistad pues más o menos va uno al mismo ritmo y aunque no van juntos todo el tiempo si lo topas a cada rato en ruta y abastos y platicas un poco. Se pasa bien dentro del todo ese famoso “del km 100 al 200” que era lo más duro y saliendo de ese abasto del 200 dónde muchos claudican siente uno ese espíritu renovado de voy por el 200 al 300.

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Al hacer despacio esa parte del 100 al 200 para cuidar las piernas decido nuevamente apretar el paso y no guardar nada, tampoco quería estar muy pegado al corte de tiempo. Duermo 40 minutos en el primer refugio posterior al drop del 200 ya que iba dormitando un poco mientras subía esa montaña y después de eso como a la una de la mañana, me lanzo por esos nuevos 100k la dinámica sigue siendo la misma, subir subir, subir y subir montañas y bajarlas, de día se ve la inmensidad de los Alpes y dentro del dolor se disfrutan, de noche solo la oscuridad y las luces de las lámparas de los que van delante que a veces eran tan altas que se confundían con estrellas y luego decía a caray hasta allá abra que subir.

Pues bueno a seguir avanzando, a cada rato venían kilómetros verticales o 1,500 positivos en 8 o 10k, afortunadamente muscularmente me siento muy bien; cansado pero recuperado de las sensaciones iniciales y sabía que podían haber más subidas pero que mi cuerpo iba a responder, las bajadas eran las que más odie, llegar a un abasto y ver qué el siguiente punto eran 5km de distancia pero 1300 o 1,500 metros de desnivel negativo. Llegan las noches, y llegan más las alucinaciones, por ahí en alguna hice equipo para bajar una montaña muy técnica donde ya venía con mucho sueño y nos hicimos compañía con Brian y Sylvia de Estados Unidos ya que se pierde la noción de peligro y va uno dando tumbos por las laderas, en las alucinaciones ya no sabe uno a quien saludar si son reales o no; en fin llegamos muertos a dormir unos minutos a un abasto antes de la base vida del 300; de ahí cuando me despierto ya se fueron todos , cómo algo y fuga al drop, ahí cómo muy muy bien y me dice Roco, un amigo italiano que me preparé porque las previsiones marcan un clima muy hostil para la noche en el último pico antes de bajar a la meta, meto ropa extra de frío y nieve y vámonos recio, olía ya la meta.

De ahí viene una etapa tranquila el desnivel es un poco menos rudo ya, avanzo más rápido, me paro de repente a ponchar alguna ampolla que no me atendí antes y a curarla, seguimos el reloj ya me marca 320km (en la carrera marcaba menos), viene incluso una parte de 10km semi planos que se agradecen porque no los había.
Llego a Bosses y cómo algo; otra vez cayó la noche, trato de dormir minutos pero no puedo, decido continuar y dormir arriba en el refugio Frassati justo para llegar a la Cumbre del Malatra, último pico y bajadita a Cormayeur a la meta.

Me cuesta mucho tiempo llegar al refugio son como 1,500 positivos en 8km y me voy durmiendo, varias veces a punto de irme de lado pues se distrae uno y vas pisando donde no es.

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Al fin llego y descanso una hora porque quiero estar fresco para el cierre. Mi reloj ya me marca 340km, en la carrera dice 308, da igual los que sean ya voy a llegar, unos 10 o 15km me separan de la gloria, solo un pequeño ascenso y la bajadita triunfal.

Cuando voy a salir me dicen que hay órdenes que nadie sale del refugio, nos tienen con incertidumbre por 5 o 6 horas ahí encerrados todos apretados. En mi desesperación de pensar que todo el esfuerzo iba a ser en vano me pongo a reclamar que me dejen salir, aún cuando estaba horrible la tormenta afuera, nos decían que la carrera sigue y luego nos decían que ya no, estaba yo en shock (hasta publique en historias que ya habían cancelado) pensando que todo había sido en vano.

Afortunadamente no fue así, la organización solo acortó la ruta esos 10km (como hacen en otras carreras de montaña por mal clima) y los que llegamos antes de cierta hora a ese último refugio éramos ya finishers, pues ya solo era bajar al pueblo/meta de cualquier manera hubo que bajar esos 10km pero para el otro lado para poder regresar y pues al principio la sensación fue agridulce porque la cruzada de meta la soñé tantas veces y me la arrebataron. Ya después reaccione y dije no, esto es felicidad eres cabrón finisher de Tor des Geants 330, lo que tanto soñaste y pues de ahí a presentarme bien orgulloso con la bandera de México a la meta y que quedara grabado que un mexicano más había logrado tremendo reto del ogro de Tor des Geants y que todo el esfuerzo y sacrificó del año fue recompensado y con final feliz.

 

Con mi reloj marcando casi 350km y una sonrisa de oreja a oreja fui con la bandera a recoger mi medalla y mi kit finisher (ya tenían listas impresas con los finishers porque no fue a todos) y bueno con esa hermosa medalla al cuello en aquella hermosa meta de Cormayeur di por terminada esa épica aventura llamada Tor des Geants.
Muchas gracias a toda la gente que estuvo al pendiente en verdad me siento muy muy muy agradecido con cada uno por esa buena vibra. Esta reseña interminable va por ustedes, para compartir un poco de lo que viví estos días.


Aquí algunas fotos que fui tomando en ruta mientras había humor y esto fue un poco de lo vivido escribiendo con una sonrisa en la boca mientras lo recuerdo así como entre sueños; y a pues a pensar en la siguiente que ahora que me acuerdo si me gusta hacerlo.

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